Antecedentes

La Resolución número 1514 (XV) de la “Declaración sobre la concesión de la Independencia a los Países y Pueblos coloniales”, de fecha 14 de diciembre de 1960, de la Asamblea General de la ONU, en su 947ª sesión plenaria, sirvió de base legal para la formación de los nuevos Estados independientes.

Con esta Resolución, todos los Pueblos adoptaron en las Constituciones de sus nuevos Estados el sistema político republicano y democrático basado en “la alternancia de poder”, basándose en las aspiraciones de libertad, igualdad, justicia y progreso.

Pero tras más de 50 años de la accesión a las independencias se tiene que, no solo que no hay la alternancia de poder que caracteriza a la forma política del Estado republicano, ni tampoco hay libertad, justicia, democracia ni progreso. Lo más destaco en la inmensa mayoría de los Estados es la opresión, corrupción y pobreza, por la implementación de gobiernos tiránicos, oligárquicos y vitalicios.

Es decir, en los últimos 50 años de nuestra historia reciente de las independencias, la alternancia de poder resulta una cuestión tabú o prohibitiva y causa primera de la pobreza y de la represión sangrienta, así como de las guerras civiles que asolan el tercer mundo.

La situación de “No-Alternancia de Poder” que tipificamos como delito e inconstitucional, a más de ser el origen del subdesarrollo, constituye la base de la corrupción y pobreza, represión, violencia y de las guerras civiles, como la de Siria, Yemen, Somalia, Sudán y África en general. Es así mismo la razón y el origen de interminables migraciones, del éxodo de refugiados y exiliados políticos, de los extremismos, como terrorismo callejero internacional, la inseguridad generaliza, xenofobia, por sus efectos secundarios.

De sus efectos podemos sumar las cargas económicas de los terceros países de la acogida, vigilancia o de encarcelamiento de refugiados, y demás cargas sociales, etc.